II.
ORIENTACIONES GENERALES PARA LA MEDIACIÓN DOCENTE.
1. FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y TEÓRICOS DE
LA POLÍTICA EDUCATIVA HACIA EL SIGLO XXI.
Las
fuentes filosóficas
Las
fuentes filosóficas de las cuales se nutre la Política Educativa hacia el Siglo
XXI son:
El
humanismo; el para qué?
El
racionalismo (lo académico): el qué?
El
constructivismo: el cómo?
En concordancia con una visión
integral del ser humano, la Política Educativa se nutre de tres visiones
filosóficas, "las que, sin perjuicio del más amplio sentido que tienen en
el curso de la historia del pensamiento, se propone aprovecharlas en el sentido
que de seguido, se dirá:
HUMANISTA, como base para la búsqueda de la plena realización del
ser humano, de la persona dotada de dignidad y valor, capaz de procurar su
perfección mediante la realización de los valores estipulados en la legislación
educativa, tanto los de orden individual como los de carácter social:
El ideal del ser humano, que persigue descubrir el Humanismo, es un
principio fundamental e imprescindible para una política educativa. La
concepción de ser humano es el fin hacia el cual tenderán los esfuerzos y
acciones educativas que se deriven de una política. El Humanismo trata de dar
respuesta a la intención de la educación. El Humanismo es el para qué? en una
política educativa.
Es por esta razón que se hace necesario, en este momento histórico
repensar el Humanismo, e intentar develar en el umbral del Siglo XXI, el ideal
de ser humano que sabe formar hoy para garantizar que el desarrollo de la
humanidad sea sostenible. El desarrollo integral del ser humano pasa
necesariamente por la búsqueda de un estado físico, fisiológico, emocional y
mental sano. Se trata de promover el desarrollo de hábitos saludables que
promuevan el desarrollo constructivo y sano del individuo, libre de hábitos
autodestructivos que atenían contra la salud integral.
RACIONALISTA, como el reconocimiento de que el ser humano está dotado
de una capacidad racional que puede captar objetivamente la realidad en todas
sus formas, construir y perfeccionar de continúo los saberes y hacer posible el
progreso humano y el entendimiento entre las personas; la concepción humanista
se percibe en el propósito de la academia de que sea el estudiante el autor de
su "auto perfeccionamiento". Esto se reafirma con la preocupación por
la búsqueda del la naturaleza humana expresada en los filósofos.
Así es el presente que une el origen del Humanismo con una visión
actualizada de éste, sobre la base de una rigurosa construcción y reconstrucción
del conocimiento. El Racionalismo, en esta forma entendido, se convierte en una
de las fuentes filosóficas de la política educativa hacia el Siglo XXI.
CONSTRUCTIVISTA, como el esfuerzo en el actuar considerando
que la educación debe partir desde la situación cognoscitiva del alumno de su
individualidad, de sus intereses e idiosincrasia, por lo que debe reconocer la
cultura específica del alumno con sus respectivas estructuras de conocimiento
ya formadas y emprender una acción formativa
del alumno y del
conocimiento que los transforma mutuamente" (Política Educativa hacia el
Siglo XXI, págs. 8-9).
Para enfrentar los retos de la época actual,
es necesario tener claridad, no solo de cómo se adquiere el conocimiento, sino
también de cuáles son las implicaciones directas para el proceso educativo. Es
decir, cómo la educación favorece y potencia la capacidad de adquisición del
conocimiento en generaciones que se están formando hoy.
El Constructivismo pretende explicar el origen del
conocimiento, es decir, el tránsito de un estadio de menor conocimiento a otro
de mayor conocimiento.
La idea fundamental que aporta la psicología genética al
Constructivismo es que "ningún conocimiento es transmitido, sino
reconstruido internamente por el sujeto".
2.
La práctica de la Política Educativa
La práctica de la
Política Educativa descansa en las fuentes filosóficas y teóricas. Por lo
tanto, debe reflejar las implicaciones sociales, políticas y educativas
de éstas y ser congruentes, coherente e indisociable con ellas.
De acuerdo con la
Política Educativa hacia el Siglo XXI; dentro de un concepto de oferta
educativa de calidad, hay tres componentes indisolubles que son la base
filosófica, la teoría educativa que se desprenden de ella y el enfoque práctico
que los operacionaliza. El hilo conductor que da coherencia y congruencia a
esos componentes es "la definición de un desarrollo integral del ser
humano en consonancia con su entorno, dentro de una visión humanista de Etica
del Desarrollo" (Política Educativa hacia el Siglo XXI, pág. 5).
El logro de esa
coherencia y coordinación es un trabajo de construcción diario y consciente de
los educadores y administradores del sistema educativo mediante la
operalizacíón de los principios filosóficos que rigen la actual Política
Educativa en concordancia con las posiciones teóricas derivadas de las fuentes
filosóficas y de los enfoques prácticos emanados de las fuentes teóricas.
Los
elementos constituyentes de la práctica educativa establecidos en la Política
Educativa actual son:
os
planes y programas de estudio,
los
textos y otros recursos didácticos,
los
procesos de evaluación,
la
mediación del docente,
la
formación, capacitación y educación continua de los educadores.
Los elementos mencionados se caracterizan porque
"deben partir del énfasis en las disciplinas, transcurrir hacia un enfoque
multidisciplinario o correlacionado donde cada disciplina contribuye a la
construcción y reconstrucción del conocimiento sin perder la identidad propia
para finalmente, cuando sea apropiado evolucionar hacia un enfoque
transdisciplinario o de convergencia en que cada disciplina metodológicamente
complementa e ilumina a las otras". (Política Educativa hacia el Siglo
XXI, pág. 12)
La coherencia de la educación, de acuerdo con la Política
Educativa se define desde las siguientes tres dimensiones:
1. La vinculación inseparable entre los
principios que sustentan las mentes filosóficas que nutren la política
educativa y los contenidos (el Qué), los procesos cognoscitivos (el Cómo y los
valores que pretende alcanzar la educación (Para qué).
2. La coherencia interna entre la
planificación y la mediación de los
contenidos, los procesos cognoscitivos y los valores.
3. La
coherencia y coordinación entre los
planes y programas de estudio los
textos y otros recursos didácticos los
procesos de evaluación
la mediación del
docente (didáctica)
la formación,
capacitación y educación continua de educadores. Los planes y programas en la política
educativa propuesta, refuerzan una visión disciplinaria, en la que cada
disciplina )vee y promueve su propia interpretación de la forma de buscar
respuestas, formularse preguntas, investigar y dirigir aplicaciones de sus
técnicas a los problemas reales.
Los programas de
estudio son el referencial para formular el planeamiento didáctico y enriquecer
el proceso de mediación.
Lo que se propone es fortalecer en los
planes y programas lo disciplinario y avanzar en el proceso de mediación hacia
correlación y la integración.
Formación,
capacitación y educación continua del docente.
Los planeamientos que
en la sección correspondiente a ética del desarrollo se formularon, con
respecto al ideal de ser humano, también se aplican a la búsqueda y concreación
de un ideal de educador. El educador es la figura clave en la transformación de
la educación costarricense. De su competencia profesional y de su calidad
humana, depende la tarea de dar vida a un proyecto educativo serio y riguroso
con profundo sentido humano y espiritual. Esta posición marca una pauta en
cuanto a que todo programa de capacitación, formación o de educación continua
deba conciliar las necesidades e intereses de los docentes con los de la
educación misma. De esta manera, el educador asume su responsabilidad y
compromiso ante el trabajo, dentro de un espíritu de optimismo y madurez
personal y profesional.
3.
Papel y características de programas de estudio.
De acuerdo con lo establecido en la Política
Educativa hacia el Siglo XXI, los programas de estudio deben "ser una
guía relevante para el docente desde el
punto de vista de la planificación de su trabajo de mediación en coherencia con
los recursos didácticos, los procesos de
evaluación sus propias necesidades e intereses profesionales" (Política Educativa
hacia el
SigloXXI,Pág.l2).
Deben incluir los
cuatro componentes siguientes:
Los objetivos: contienen los contenidos, los procesos
cognoscitivos y los valores que se pretenden realizar durante el ciclo
lectivo.
Los contenidos; Se organizan con base en un conocimiento
sólido y riguroso de la disciplina; son claros y
autoexplicativos y
consecuentes con la planificación de los objetivos.
Las experiencias y estrategias de mediación
del aprendizaje:
Contribuyen al desarrollo del conocimiento y a su
costrucción, al
desarrollo del pensamiento y a la consolidación de valores
La evaluación: Debe ser coherente con respecto a los
objetivos y permitir verificar y valorar su cumplimiento.
4.
Los valores en el currfculo escolar.
Una
sociedad cambiante.
Las tendencias y la evolución de la sociedad
requieren que se preste más atención a la dimensión humanista de los
sistemas de
educación.
Los cambios tecnológicos y el tratamiento,
almacenamiento, acceso y transmisión de toda clase de información
plantean posibilidades y desafíos nuevos,
muchos de los cuales inciden en la naturaleza de las relaciones personales y
sociales.
La "revolución de la información" que se ha producido
suscita un peligro que Jerome Bruner ha descrito como el reemplazo de "la
mente y el significado por las computadoras y la información" , es decir,
la instauración de un sistema donde el concepto de "significado" sea
sustituido por el de "computabilidad".
Los medios de comunicación modernos presentan una visión del mundo desconectada,
fragmentaria y no mediada, que puede menoscabar el sentido individual de
finalidad, significado e interconexión.
Los problemas ecológicos están alcanzando proporciones críticas. Los
progresos biotecnológicos, la utilización de los recursos naturales y el
problema de la sostenibilidad plantean problemas de magnitud considerable.
La declinación de la fe religiosa provoca una dispersión
de las búsquedas de realización espiritual.
Las creencias
individuales y la comprensión que cada persona tiene de sí misma y de otros
individuos con culturas similares o diferentes se basan en una masa vasta e
indiferenciada de informaciones y experiencias, lo que puede fomentar una
visión estrecha y errónea de los individuos y los grupos de la sociedad y
limitar las posibilidades para algunos de ellos.
Las reestructuraciones industriales debidas a la necesidad de producir
para un mercado mundial (antes que para mercados locales o nacionales) y su
incidencia en las pautas de empleo han dado origen a un vasto desasosiego
social.
En este contexto, los conceptos de trabajo y empleo se formulan en un
marco mucho más amplio, caracterizado por pautas más flexibles de trabajo sin
modificar al mismo tiempo la explotación de ciertos grupos de trabajadores.
La participación y la contribución de las mujeres al mundo laboral y
el concepto de igualdad de oportunidades influyen considerablemente en el
pensamiento y las políticas sociales.
Las relaciones en el seno de la familia se tornan más complejas; es
muy común un conjunto de factores interpersonales y psicológicos vinculados a
la índole de los grupos familiares.
El pluralismo étnico y cultural, que ha estado siempre presente en la
sociedad en mayor o menor grado, se acentúa con un importante efecto en la vida
de los jóvenes.
Las desventajas sociales y económicas siguen existiendo para muchos
étnicos y culturales. La distribución desigual de las riquezas económicas sigue
siendo fuente de problemas.
Consecuencias
para la educación
Casi todos los países de América Latina, están adaptando sus sistemas
de educación para responder a los problemas que se perfilan en el siglo XXI.
Cada vez más obvio que las soluciones no pueden ser formuladas en un contexto
estrictamente nacional sino que requieren una amplia cooperación y coordinación
internacionales. También resulta evidente que si el contenido de los programas
de estudio se aborda únicamente en términos de información, conceptos y
capacidades, no serán suficientes las medidas encaminadas a que los sistemas de
educación preparen adecuadamente para vivir en una sociedad cada vez más
diversa. De ahí la importancia de integrar los valores en los nuevos programas
de estudios.
Es necesario alentar un pensamiento crítico y autónomo y sentar las
bases de una educación que favorezca los ideales de pluralidad y cooperación.
Los peores aspectos de la economía de mercado, entre ellos el desempleo y la
inflación, pueden llevar a adoptar soluciones a corto plazo que obstaculicen el
triunfo de los valores en que se desea fundar las nuevas democracias. De ahí la
importancia de que todos los sistemas de educación elaboren un plan coherente a
largo plazo.
Los
valores, la sociedad y el colegio.
Se ha dicho que el
colegio tiene la finalidad de promover el bienestar de los jóvenes. El
bienestar se define en
términos de "valores básicos tales como la
supervivencia, la salud, la felicidad, la amistad, la solidaridad, la
comprensión, la conciencia, la realización, la libertad y el sentimiento de que
la vida tiene sentido" . Clive Beck aftade que el colegio cumple
plenamente su misión de promover el bienestar humano cuando hace hincapié en
una educación personal y social. Sin olvidar sus funciones tradicionales de
enseñar los conocimientos aritméticos y científicos básicos, el colegio debe
reforzar la enseñanza de los valores, la cultura, la religión, la política, la
economía y la ecología.
Consideramos que el colegio es un organismo cultural y social. Los
seres humanos son animales sociales que para sobrevivir y desarrollarse deben
vivir en interdependencia, es decir, en un marco social donde se presten apoyo
mutuo. El colegio es uno de esos marcos. Cada institución educativa tiene sus
características, sus costumbres y sus comportamientos y constituye una distintiva
y un influyente modelo para la sociedad que la rodea. Tanto las instituciones
como la sociedad dependen de una actitud cooperativa. El comportamiento que
cada persona adopte para con las demás es uno de los principales resultados del
sistema educativo.
Las instituciones deben prestar atención a
sus responsabilidades educativas y procurar que los alumnos se desarrollen en
los planos personal y social de modo que puedan generalizar su experiencia
colegial a toda la sociedad.
Se puede considerar que en la sociedad las presiones normativas y los
códigos morales constituyen exigencias que ponen límites a las motivaciones y
actividades individuales cuando estas últimas entran en conflicto con los
intereses personales a largo plazo o la armonía y eficacia de la sociedad. Este
concepto es de importancia capital para la coherencia de todo grupo social y
debe constituir el núcleo de los objetivos de cada institución.
Desde luego, los alumnos y profesores no sólo se desenvuelven en la
institución sino que participan en forma más o menos activa en otros grupos
(familiares, religiosos, sociales y políticos) traen a la institución la
correspondiente experiencia. Al igual que los demás grupos sociales, la
institución se encuentra en constante evolución. En todas las instituciones,
entre ellas las escuelas, hay siempre algún tipo de conflicto, disidencia y
oposición. Habrá criterios diferentes que en algunos casos se opondrán a la
autoridad y a menudo coexistirán en una atmósfera de tolerancia recíproca. A
medida que la sociedad acrecienta su diversidad y su sensibilidad a los
conflictos internos, se acentúa el papel potencial de la institución en la
aceptación de la diversidad. Al mismo tiempo que exalta la rica diversidad de
lo humano, la institución debe promover una apreciación de la necesidad de la
cohesión social.
Los valores y las actitudes intervienen en forma decisiva en esa
función. Vivimos en un mundo caracterizado por la diversidad, pero que necesita
de la cooperación y el entendimiento mutuo. Las instituciones tienen la
responsabilidad fundamental de promover estas ideas. La institución es una
comunidad que debe promover una cultura y una ética coherente con los ideales
de entendimiento y cooperación. Debe ser una comunidad donde se fomenten la
paz, los derechos humanos, la tolerancia, el entendimiento intercultural, la
solidaridad, la cooperación, la solución pacífica de los conflictos y la
organización democrática. Estas directrices se refieren a la
creación de un marco donde cada uno de estos aspectos se incorpora a
un tema del programa de estudios y contribuya al clima general y ético de la
institución.
El sistema educativo debe ofrecer un marco donde los jóvenes
desarrollen su juicio y su pensamiento critico, de modo que cada persona pueda
formarse una idea de los cambios complejos y discontinuos que caracterizan a la
sociedad del siglo XX y participar así como ciudadanos activos y responsables
en las dimensiones personal, social y política de la sociedad.
Para adquirir los conocimientos necesarios el mejor
método es la experiencia concreta de esa dimensión.
Todos, los jóvenes y adultos, tendrán dificultad para enfrentar las
realidades del mundo. El camino hacia una sociedad multicultural tolerante está
erizado de desafíos y difíciles conflictos. Por consiguiente, todas las
instituciones docentes deben abordar estos problemas sin escamotearlos,
menospreciarlos o considerarlos excesivamente difíciles. Naturalmente, los
valores de la educación deben ser impartidos en un contexto adecuado que debe
estudiar y planificar concienzudamente. Un clima de indagación crítica facilita
el manejo de los problemas difíciles o litigiosos. Tanto la indagación crítica
como el pensamiento crítico deben entenderse en función de temas y no de crisis
y problemas que exigen solución. En la esfera social, los problemas muchas
veces no se prestan a una solución sino sólo a un examen cuidadoso.
Las complejidades y los problemas con que tropezamos a fínes del siglo
XX son de gran envergadura y la educación no puede ser el único medio de
encararlos. Sólo podremos avanzar hacia una sociedad más equilibrada si la
educación cumple su importante cometido en conjunción con las políticas
sociales y económicas.
En todos los niveles, la educación debe promover el desarrollo de
seres humanos pensantes y equilibrados respetuosos de sí mismos y de los demás,
y que comprendan las tradiciones culturales propias y ajenas.
Es imprescindible desarrollar en los jóvenes sólidos fundamentos de
decisiones éticas y morales y de comportamientos que respeten la índole del
mundo interdependiente en que vivimos y los derechos y la dignidad de los
demás.
Los
Valores y el consenso
Los criterios divergen acerca de la identificación y la índole de los
valores, tópico crucial de la filosofía moral. No es posible, obtener
respuestas inequívocas es este ámbito, ni incumbe a los encargados de elaborar
programas de estudios abordar este debate a nivel filosófico, pues escapa a sus
funciones. Pecaríamos de ingenuidad si tratáramos de encontrar aserciones
filosóficas definitivas.
Por otra parte, el estudio filosófico de los aspectos abstractos de
los valores, hay que encararlos con sentido común y realismo, y reconocer que
si la sociedad civilizada ha de progresar deben existir aspectos del
comportamiento social que permitan trascender las diferencias culturales entre
los diferentes grupos. En otras palabras, debemos reconocer que la coexistencia
exige, a un cierto nivel, compartir algo más que los instintos humanos básicos.
"No debemos exagerar la incompatibilidad
de los valores; existen numerosos puntos de acuerdo, durante lapsos
relativamente prolongados, entre personas de diferentes sociedades, acerca de
lo que es correcto y lo que está equivocado, sobre qué es el bien y qué es el
mal"
Estas ideas se apoyan en la convicción de que vale la pena esforzarse
por lograr un consenso en materia de valores. Tero aún cuando se logre un
consenso, existirán tensiones. Existirán principios antagónicos cuya
reconciliación nos planteará grandes dificultades. Por regla general, lo mejor
que podemos hacer es mantener un equilibrio precario que evite la aparición de
situaciones desesperadas o de opciones intolerables; tal es la primera
condición para la existencia de una sociedad aceptable; parece un objetivo accesible
a la luz de nuestros limitados conocimientos y de nuestra imperfecta
comprensión de las personas y las sociedades. En estos asuntos hay que tener
una cierta humildad" . Taylor señala que los valores se transforman y que
deben existir oportunidades para modificar los valores que fueron objeto de
consenso (cartas, declaraciones políticas, códigos de conducta) se pueden
frenar al mismo tiempo las oportunidades de responder a las modificaciones de
los valores.
Orientaciones
fundamentales de una educación para vivir en sociedad.
Las presentes orientaciones están inspiradas en la idea de que existen
principios o preceptos fundamentales sobre los que se debe fundar la educación
para vivir en sociedad.
Un sentido de autoestima personal y cultural.
El respeto y la
tolerancia de los demás, tanto en calidad de personas como de miembros de
grupos étnicos o culturales.
Un sentido de
pertenencia, correspondiente a la idea de que todos debemos disponer de un
sitio físico, emocional y político seguro en el seno de la sociedad.
Un sentido de
responsabilidad social, es decir, comprender que la sociedad plural en que
vivimos debe reconocer la necesidad de proceder con tolerancia y
responsabilidad con respeto a los factores sociales, políticos, culturales y ambientales.
La valoración de la
importancia del aprendizaje, basada en la idea de que el conocimiento,
cualquiera sea su estructura, implica la adquisición de nuevos conocimientos,
intuiciones, oportunidades de creación y la apreciación de las interrelaciones
de nuestro mundo.
Estos principios no son suficientes por sí solos. Deben ir asociados a
ciertas "cualidades éticas" o disposiciones que promueven el
entendimiento humanista. Esas cualidades necesarias son las siguientes:
la apertura, es
decir la disposición a escuchar y discutir, y la corrección, es decir "una
actitud de buena voluntad hacia personas no familiares que se expresara de
diversas maneras en los grupos. Con frecuencia, esa cualidad supondrá no
insistir en los derechos propios y dar a los demás más de lo que se le
Las dos cualidades
éticas, apertura y corrección, tienen especial importancia para "promover
y preservar un equilibrio inestable que debe ser constantemente
restablecido"
Existen tres nociones esenciales para el planeamiento y
la aplicación de las experiencias educativas:
Cooperación, Interdependencia, Autonomía
Estas nociones constituyen la base unifícadora que permite desarrollar
los principios y las cualidades expuestas en (principios y cualidades), así
como un marco para la solución de los conflictos.
Estas tres nociones
generales inciden en la manera en que las instituciones y la enseñanza se
organizan y en la índole de las interacciones de toda experiencia educativa es
necesario prever oportunidades para que los alumnos puedan participar de
diversas maneras, tanto en calidad de individuos autónomos como en calidad de
miembros de grupos que realicen tareas cooperativas como:
reconocer la importancia de la dimensión de
los valores en todos los elementos del programa de estudio aer
planificados en colaboración con todo el personal fomentar la comprensión del
personal ser objeto de control de su eficacia ser revisados periódicamente
La sociedad es
compleja y para mantener la cohesión social hay que fomentar actitudes
propicias a la cooperación. La cooperación se caracteriza por la voluntad de
participar con otras tareas mutuamente convenidas destinadas a una finalidad
común.
Para ello se necesita contar con la capacidad de
considerar las necesidades y los objetivos del grupo y de sus miembros
individuales y de negociar los medios para abordarlos de la mejor manera
posible; con la capacidad de juzgar
la contribución que cada individuo puede
aportar a la empresa común, prestando atención a sus atributos y capacidades particulares,
y con la disposición a renunciar a objetivos personales en favor de los
objetivos generales del grupo.
En las situaciones pedagógicas se puede recurrir a actividades en las
que los alumnos participen en el aprendizaje cooperativo; entre ellas cabe
mencionar:
las
actividades en grupo y en pareja, basadas en estrategias cooperativas de
trabajo
el
debate de toda la clase
la
promoción de un proyecto de trabajo que ponga de relieve la cooperación y la
negociación
Gracias a las
actividades cooperativas, los alumnos podrán también abordar los problemas de
la autoestima y el respeto mutuo. Las actividades en grupo y en pareja
contribuyen además a ampliar las perspectivas de los alumnos acerca de su labor
y la de los demás, a fomentar una valorización del consenso y a favorecer una
comprensión de la importancia del proceso democrático.
La interdependencia se caracteriza por la comprensión de que todos los
miembros de la sociedad están interrelacionados de diversas maneras, a veces
aisladamente y a veces en grupos de cooperación. También se caracteriza por el
respeto mutuo que surge de la autoestima y de la percepción de las necesidades
de los demás. Se basa en la confianza y la consideración. De allí su
importancia para que cada uno acepte los derechos y la dignidad de los demás y
pueda coexistir en forma productiva y solidaria. Los docentes pueden promover
el respeto mutuo mediante la creación de situaciones donde cada alumno pueda:
aprender de los demás, valorar la importancia de la diversidad de criterios y
valores, reconocer los méritos individuales ajenos.
Para fomentar el respeto mutuo, los docentes deberán adoptar un
comportamiento coherente y ayudar a los alumnos a asumir la responsabilidad de
su propio aprendizaje.
"La autonomía del alumno se caracteriza por la disposición a
hacerse cargo de su propio aprendizaje al servicio de los propios fines y
necesidades"
Los docentes pueden ayudar a los educandos a establecer una autoimagen
positiva y un sentimiento del mérito individual gracias a actividades en las
cuales:
. los alumnos logren un sentimiento de realización
. se valoricen las diversas respuestas individuales.
La imagen positiva que el alumno tiene de sí mismo se socava cuando no
logra aprender. Inversamente, el éxito es fuente de satisfacción y un estímulo
para seguir aprendiendo. Cuando el alumno sabe que sus esfuerzos son
valorizados por sus compañeros y el docente se acrecienta su autoestima.
La
democracia
En los contextos educativos la democracia se caracteriza por la
voluntad de incitar a los estudiantes a participar en las decisiones y opciones
de la comunidad escolar, fomentando de esta manera una comprensión más clara de
las influencias que configuran sus vidas y de sus propias responsabilidades en
la construcción del futuro.
Mediante estos procesos el colegio puede convertirse en una
institución que valora el mérito individual, promueve la actividad cooperativa,
practica el respeto mutuo y consolida procesos democráticos mediante sus
políticas, sus prácticas y sus comportamientos. El entendimiento mutuo sólo
puede convertirse en realidad y florecer cuando hay compromiso con estos
ideales.
Los docentes
acostumbrados a participar en estos procesos tendrán probablemente más
facilidad para comprender la importancia de los valores para el respeto humano,
así como capacidades y formas de pensamiento y comportamiento
coherentes con la
tolerancia y la valoración de la importancia de la democracia y el aprendizaje.
Por lo tanto, en el
aula y en el colegio en general debe haber un auténtico compromiso con los
procesos democráticos.
De
ahí surge la verdadera comprensión de la importancia de la interdependencia, la
tolerancia, los derechos humanos y
la
responsabilidad, y de los desafíos que estos valores representan.
"La educación
debe preparar a las personas para la vida en sociedades democráticas ayudando a
los alumnos a aceptar
sus derechos y
responsabilidades de ciudadanos. Los docentes deben fomentar actividades que:
promuevan el derecho a ser escuchado y la
responsabilidad de escuchar a los demás
propicien la participación en la toma de
decisiones en situaciones reales
reconozcan el derecho de ser tratado con
justicia y la responsabilidad de tratar a otros de igual manera
permitan
a los alumnos comprender las consecuencias de sus decisiones y los actos
derivados de ellos.
Los procesos democráticos cobran relieve cuando los
alumnos tienen un sentido de su propio valor, respeto por los demás y la
convicción de la importancia de la actividad cooperativa"
Como en ninguna escuela todos los procesos
pueden ser completamente democráticos, sería sensato preguntar qué puede
entender por democracia cualquier establecimiento docente. Los términos
fundamentales en cualquier interpretación deben ser derechos,
responsabilidades, respeto, sentido de pertinencia y negociación.
Las instituciones
deberían considera hasta qué punto se pueden poner en práctica los procesos
democráticos en la vida cotidiana del establecimiento, de la manera siguiente:
examinando la contribución de las siguientes áreas de la vida escolar: el aula, toda la institución, la
institución en su comunidad, examinando los siguientes temas conexos:
el fomento de la autoestima en el aula, la forma en que
se conduce el cambio, las actitudes de los docentes, los asuntos de
administración de la institución en su conjunto y de sus diversos
departamentos.
La institución
puede brindar a los alumnos experiencias en el aula que fomenten una
comprensión del concepto de democracia, motivándolos a contribuir a las
transacciones respeto de su propio aprendizaje.
A veces los alumnos
pueden decidir: qué estudiar, con quién estudiar, dónde estudiar, cómo
involucrar al profesor, cuándo y cómo evaluar el propio rendimiento
A veces se les puede pedir que estudien en un grupo pequeño o en
conjunto, y el profesor puede estructurar las experiencias para demostrarles el
mejor método.
A
veces el docente puede motivarles a estudiar solos y apoyarles en su trabajo.
Frecuentemente el
docente puede estimularles a participar en la negociación de las "reglas
del aula", lo que les ayudará a comenzar a entender:
cómo valorar la opinión de los demás cómo
considerar otros puntos de vista
cómo discernir la
manera en que las decisiones afectan a cada uno cómo comprender las razones de
las decisiones finales cómo compartir
la
forma de desenvolverse como miembro de la sociedad
Frecuentemente el
docente puede incitarles a contribuir a fomentar un sentido de pertenencia en
el aula mediante las acciones siguientes: valorándolos como individuos que
tienen necesidades individuales, permitiéndoles establecer relaciones de apoyo
con el docente y otros alumnos.
La institución en su conjunto puede ofrecer a los jóvenes y a los
docentes experiencias que propicien una comprensión del concepto de democracia
mediante las actividades siguientes:
estimulándoles a asumir la responsabilidad de algunas decisiones, de las
maneras siguientes: planeando algunos períodos del calendario lectivo tales como
las actividades extracolegiales, eligiendo portavoces y representantes,
publicando un periódico, participando en proyectos, promoviendo la capacidad de
tomar iniciativas, estimulándoles a aprender a respetar la opinión ajena, de
las maneras siguientes: discutiendo los reglamentos de la institución,
participando en clubes, elaborando una forma de tomar decisiones, considerando
las opiniones de otros, comprendiendo la manera en que las decisiones afectan a
cada uno de ellos, comprendiendo las razones de las decisiones finales,
estimulando a cada uno a desarrollar un sentido de pertenencia: compartiendo
opiniones y experiencias, tomando parte en ceremonias especiales al comienzo de
la mañana o en ocasiones especiales, cuidando los recursos, fomentando un sentido
de afiliación, creando una atmósfera de seguridad emocional, participando en
las actividades de la institución, estableciendo relaciones de cooperación
entre profesores y alumnos, estimulando a cada uno a tener consideración por
los demás, apreciando la diversidad, comprendiendo y valorando los puntos de
vista de diferentes culturas, desarrollando la capacidad de empatia,
controlando el propio individualismo, desarrollando una forma humana y flexible
de valoración, organizando acciones de solidaridad, haciendo campañas en favor
de la creación de vínculos con la institución.
La institución puede ofrecer a los jóvenes experiencias en la
comunidad que les ayude a promover una comprensión de la democracia, de la
manera siguiente: haciendo participar a padres y alumnos en discusiones acerca
de problemas y políticas de la institución, incluyendo a padres y alumnos en
los órganos rectores que determinan las políticas de la institución, redactando
un folleto de introducción que esboce los problemas y las políticas de la
institución para los nuevos padres, fomentando la cooperación entre, alumnos y
asociaciones de alumnos, creando un organismo común con poder de decisión,
organizando eventos en la institución para el público en general, tales como:
actividades sociales en festivales colegiales, exposiciones de arte con
invitación a artistas nacionales, eventos deportivos con participación de
clubes, publicando un boletín bimestral de información colegial, con
participación de los padres y por tanto de la comunidad, publicando un anuario
que incluya anuncios de empresas nacionales, con explicaciones detalladas sobre
aquellas con que el colegio haya establecido estrechas relaciones, informando a
los padres y al público acerca de detalles de los gastos de la institución y de
las necesidades proyectadas, estimulando a los alumnos a realizar proyectos
ecológicos en los alrededores de la institución junto con organizaciones
locales, organizando, con empresas locales, periodos de adquisición de
experiencia laboral, invitando a representantes de organizaciones nacionales a
hablar a los alumnos sobre temas de interés.
No se puede obtener fortuitamente o sin planeamiento racional un clima
en que reine el espíritu democrático. Por tanto, habría que dar prioridad al
planeamiento coherente en el aula, en los departamentos y en toda la
institución. En cualquier proceso de cambio es esencial reconocer y satisface
las necesidades de los profesores, entre ellas: el perfeccionamiento del
personal, los recursos, el tiempo para reflexión y discusión con los colegas,
el apoyo administrativo.
La
realización en los colegios.
Un primer requisito del sistema educativo es reconocer la
calidad de los que aprenden y los que enseñan. Al considerar la manera de hacer
efectivo ese aspecto del aprendizaje vale la pena recordar el importante cambio
que se produjo en el pensamiento desde los años ochenta en nuestra forma de
concebir el aprendizaje. Se ha pasado de un modelo de etapas de desarrollo a
uno más gradual y más determinado socialmente, un modelo en que a medida que el
educando crece y experimenta el mundo, la mente se estructura gradualmente en
niveles cada vez más complejos; tal es el modelo constructivista del
aprendizaje
La premisa básica
del modelo constructivista es que el conocimiento se construye sobre la base
de la experiencia.
Dicho modelo es particularmente adecuado en el campo de la educación
para el entendimiento humanista, puesto que la edificación de los valores es
una parte central del aprendizaje.
Mientras que las metodologías pedagógicas se interesan principalmente
en la forma de enseñanza por transmisión y de aprendizaje por absorción, en la
que el programa es "un curso que se ha de administrar", el modelo
constructivista considera que el elemento esencial de la tarea pedagógica es el
esfuerzo del alumno por comprender; es decir, se ha pasado de la noción de
transmisión a la de transformación mediante la transacción.
Las características de un enfoque constructivista del aprendizaje son
las siguientes: el programa de estudios se considera una matriz de ideas que
hay que explorar en el transcurso del tiempo, el contenido y el proceso del
programa de estudios son complejos e interactivos, el profesor se concentra en
los esfuerzos del alumno por entender el contenido, se hace hincapié en la
actividad pensante del alumno y en que comprenda el sentido, la función del
profesor es facilitar al alumno la adquisición de las ideas principales de la
materia o el tema, se establecen relaciones entre el conocimiento de la materia
y la experiencia previa del educando, los alumnos deben practicar alguna
actividad, es importante recalcar la "conectividad" del conocimiento,
los alumnos tienen posibilidades de utilizar personalmente las ideas para
comprender aspectos importantes de su mundo
Cada una de estas características tiene consecuencias para los valores
y es pertinente para todos las materias y todos los campos del programa de
estudios. Cada una se puede realizar en todos los cursos y en todas las
situaciones de aprendizaje. El programa constructivista de estudios es por
tanto "una red de ideas importantes que explorar. Este programa tiene en
cuenta el entusiasmo de los alumnos por aprender, el ritmo y el flujo del
aprendizaje entre el profesor y el alumno, entre alumno y alumno, y entre
profesores y alumnos; un marco de objetivos generales que sirva de orientación;
las ideas y su inten-elación; un sentido de dirección sin limitación de la
capacidad de explorar el terreno conceptual.
La Política Educativa hacia el siglo XXI aspira a formar a una persona
que sea libre, digna, justa, preparada para el ejercicio participativo de la
democracia, con identidad nacional, competente, autorrealizada, solidaria,
consciente de su responsabilidad en relación con la calidad de vida del
costarricense y capaz de comunicarse de manera adecuada con el mundo. El
proceso de enseñanza y aprendizaje de la Filosofía contribuye a lograr este
perfil.
Para esto, la enseñanza de la Filosofía debe fundamentarse no sólo en
una cuidadosa selección de los contenidos, sino, también, en una metodología
activa, participativa y promotora del aprendizaje significativo de los
educandos, de tal manera que se pueda alcanzar el perfil propuesto.
El propósito
fundamental de toda experiencia educativa es que los participantes aprendan a
aprender para poder seguir aprendiendo. Por lo tanto, la mediación es un
proceso creativo, dinámico, flexible que promueve la actitud de "aprender
a aprender" en los estudiantes.
Aprender es entonces dar sentido a la realidad que uno como individuo
ha logrado conformar a partir de las vivencias anteriores. El propósito
fundamental, y al cual todas las áreas de estudio deben contribuir, es el
desarrollo de habilidades de pensamiento que sirven de base para poder seguir
aprendiendo. Entre estas habilidades se destacan:
Desarrollo del lenguaje o lenguajes
adecuados como base para obtener y organizar la información y la
comunicación.
Manejo de relaciones espacio-temporales.
Manejo de símbolos para la organización de
la información y la construcción del pensamiento.
Organización de información como base para
hacer inferencias y predicciones.
Toma de decisiones respecto a la calidad de
la información.
Identificación
de variables y las relaciones que existen entre estas como base para generar
explicaciones viables.
Interpretación
de datos e información a partir de modelos alternativos de pensamiento.
Formulación de
modelos como base para integrar elementos que emergen de la organización de
datos. Dar sentido a las experiencias personales y sociales.
El educador constructivista se preocupa permanentemente por conocer:
Los intereses, necesidades, experiencias y pautas de comportamiento de sus
alumnos en la interacción social.
El
contexto històrico-cultural de los estudiantes.
Conociendo la
realidad de vida del educando, en sus dimensiones: naturales, culturales e
históricas; asumiendo las expresiones de la cultura sistematizada, como
expresión científica y valórica, el educador diseña propuestas de aprendizaje,
con las cuales intenta estimular el paso de una zona de desarrollo a otra abrir
horizontes de significación en los estudiantes. El objetivo es claro, el papel
del educador es guiar, orientar, mediar para que el estudiante penetre en el
mundo de la cultura sistematizada. Pero a partir de los propio.
Las propuestas de
aprendizaje son pautas orientadoras flexibles que el educador comparte con sus
estudiantes, negocia con ellos, y las enriquece con el aporte de aquellos. En
algunos casos, son los mismos educandos quienes hacen propuestas de aprendizaje
desde luego, coherentes con las expectativas de los cursos o situaciones de
aprendizaje.
5. Mediación de contenidos y de
procedimientos.
Tal como lo menciona
la Política Educativa tras el ideal de proveer una ofertas educativa que
promueva el desarrollo integral del ser humano, se concibe al docente como el
profesional que utiliza las estrategias de mediación que mejor se ajusten a las
características y necesidades de aprendizaje del estudiante y a la naturaleza
del objeto de estudio.
La mediación como,
estrategia didáctica pedagógica, es concebida como "la focalización guiada
del alumno hacia los estímulos esenciales de la situación de aprendizaje que
conduzca a la resolución de problemas de variada naturaleza" (Política
Educativa, pág. 14). El educador elige las opciones que mejor promuevan la
construcción del conocimiento, para lo cual hace uso de su conocimiento, su
creatividad y su talento, "enmarcado primordialmente, dentro de una
posición epistemológica constructivista" (Política Educativa, pág. 11).
Sobre el
particular, Alfaro (1994), considera que para contribuir significativamente al
desarrollo del pensamiento, en la organización de los procedimientos para
mediar en el aprendizaje, el docente no puede limitarse únicamente a la
transmisión de información; sino que debe negociar con los estudiantes la
construcción de una realidad que merece ser explorada así como las
posibilidades reales de llegar a construir explicaciones viables. En este
sentido el docente pasa a ser un evento humano en sí mismo más que un
instrumento para la transmisión de información, por lo que Alfaro (1994),
afirma que interesa un sistema de pensamiento cuyo soporte incluye habilidades,
destrezas, actitudes y valores que cada individuo desarrolla en la interacción
con los contenidos culturales propios de cada experiencia (lenguaje, conceptos,
normas y etc.).
Con respecto a la organización
de los procedimientos escolares para mediar el aprendizaje, Alfaro (1994)
indica la diferencia entre los procedimientos generales y los
procesos de pensamiento. Los procedimientos generales constituyen los
mecanismos de interacción con el objeto de estudio, por su medio el docente
facilita al estudiante formas de aproximarse al objeto de estudio por medio de
interacciones, y lecturas connotativas y denotativas que permiten una
construcción enriquecida de dicho objeto. Los procesos de pensamiento son
estructuras de pensamiento que cada estudiante construye y utiliza en el
momento oportuno para establecer nuevas interacciones y construir nuevas
experiencias de aprendizaje.
6. Los procedimientos en el aprendizaje desde
la perspectiva cognoscitiva.
Durante el presente
siglo surgen y se transforman diversas teorías psicológicas que se engloban en
la corriente cognoscitiva. El interés en las variables internas, en la
consideración de la conducta como totalidad y en otorgar una
supremacía al aprendizaje, supone una reorganización cognoscitiva y
una actividad interna (Aprendizaje significativo), son algunos puntos
fundamentales en los que estas corrientes coinciden a pesar de que entre ellas
se dan diferencias importantes.
Representantes de la Psicología conocida como genético cognoscitiva,
como son Piaget, Inhelder, Bruner, Flavell y Ausubel (citados por Gimeno,
1992), se han dedicado a estudiar y comprender la complejidad del aprendizaje
humano.
A partir de los postulados de la Psicología de la Gestait, se han
realizado esfuerzos por estudiar, la estructura, génesis y funcionamiento de la
estructura interna del organismo, mediadora de los procesos de aprendizaje. La
Psicología genético cognoscitiva, se interesa por este tema y presenta principios
para explicar cómo funciona y cómo se genera esa instancia mediadora. Entre sus
postulados se pueden citar:
Piaget distingue tres tipos de conocimiento:
el lógico matemático, el físico y el social.
El conocimiento lógico matemático se
caracteriza porque la coordinación de las acciones mentales del sujeto son
esenciales, de manera que las relaciones que se establecen entre los objetos,
se originan básicamente en la mente del sujeto.
Por otro lado, el conocimiento físico, hace
referencia al conocimiento de los objetos del medio, de manera que la persona
conoce las características o propiedades físicas de los objetos cuando actúa
sobre ellos, tanto en forma física como mental.
El conocimiento social es aquel obtenido mediante los
intercambios sociales.
El concepto de construcción se aplica a cualquier aspecto
de la vida mental del individuo.
El aprendizaje es un factor y un producto
del desarrollo, se puede adquirir en el intercambio con el medio y se vincula
con la dinámica del desarrollo interno, porque considera que el conocimiento
parte de una base hereditaria que es susceptible a la influencia del medio
pero, a la vez, es producto de una construcción mental realizada por la persona
cuando interactúa en forma activa con el medio.
Las estructuras iniciales hereditarias condicionan el
aprendizaje, el cual provoca, a la vez, la modificación y transformación de las
estructuras, éstas, al ser modificadas, permiten la realización de nuevos
aprendizajes de mayor riqueza y complejidad, que supone una búsqueda de
equilibrio y de autorregulación que dan estabilidad a las percepciones
anteriores.
Las estructuras o esquemas que permiten diferenciar experiencias y la
generalización son producto de las acciones de dos tendencias básicas
heredadas: la organización que consiste en la sistematización de los
procesos en sistemas coheretes y la adaptación que le permite a la
persona ajustarse al medio.
El conocimiento es una elaboración subjetiva, permite adquirir representaciones organizadas de lo
real y a formar instrumentos formales de conocimiento.
Basa la concepción didáctica en las acciones
sensomotrices y en las operaciones mentales (concretas y
formales).
Piaget
define el concepto de operación como aquellas acciones interiorizadas y modificadoras
del conocimiento.
Esta construcción
considera aspectos funcionales y estructurales. El aspecto funcional,
explica el conocimiento por medio de los procesos de asimilación
y de acomodación. La asimilación consiste en el proceso de integración,
incluso forzada y deformada, de los objetos o conocimientos nuevos a las
estructuras viejas, que el individuo anteriormente había construido. La
acomodación es entendida como la reformulación y elaboración de estructuras
nuevas como consecuencia de la incorporación precedente.
El aspecto
estructural, lo explica por medio de la elaboración de estructuras mentales,
éstas evolucionan a partir de los primeros esquemas de niño hasta el logro de
las operaciones hipotético deductivas.
La génesis mental
puede representarse como un proceso con
movimiento dialéctico que evoluciona
en espiral y en
cuyo centro se encuentra la actividad.
Destaca la primacía de una acción, la cual
debe ser orientada y organizada; en ningún momento se trata de una actividad
arbitraria y sin sentido.
Los contenidos figurativos pueden ser
adquiridos mediante observación, o recepción, pero los aspectos operativos del
pensamiento solo se configuran a partir de las acciones y de la coordinación de
las mismas. Estos aspectos operativos caracterizan a los niveles superiores del
pensamiento de la conducta intelectual del ser humano.
En ese sentido, procesos cognoscitivos como
la percepción, la representación simbólica y la imaginación adquieren
nuevas dimensiones al estar implícitos en ellos un componente de actividad
física, fisiológica o mental y al darse una participación activa del sujeto en
los procesos de exploración, selección, combinación y organización de las
informaciones. De esta manera la actividad, en la que interaccionan el sujeto con
el objeto de conocimiento, constituye una constante presente en todo tipo de
aprendizaje; desde el correspondiente a la etapa sensoriomotriz hasta el que
culmina con las operaciones formales.
Piaget (citado por
Gimeno y Pérez, 1992), considera que
en el desarrollo de las estructuras cognoscitivas intervienen cuatro
factores principales: maduración, experiencia física, interacción social y
equilibrio.
De acuerdo con estos planteamientos, Gimeno
y Pérez (1992), señalan algunas conclusiones importantes, para orientar la
regulación didáctica de los procesos de aprendizaje.
1.
Los procesos
educativos pueden concebirse como procesos de comunicación potenciadores de los
intercambios del individuo con el medio físico y psicosocial que rodea al
sujeto. Todo proceso de desarrollo individual tiene carácter constructivo y
dialéctico y tanto el conocimiento como el comportamiento son resultado de
procesos de construcción subjetiva en los intercambios cotidianos con el medio
circundante. Los esquemas de pensamiento y acción se construyen sobre los
esquemas elaborados anteriormente y como consecuencia de sus interacciones con
el mundo exterior.
2.
La actividad
del alumno tiene una enorme significación para el desarrollo de las capacidades
cognoscitivas superiores, incluyendo
desde las actividades sensomotrices de discriminación y manipulación de
objetos, hasta las complejas operaciones formales (abstractas).
3.
El lenguaje es
considerado como un instrumento insustituible de las operaciones intelectuales más
complejas. Un desarrollo insatisfactorio de este instrumento representa una
debilidad permanente para el ejercicio del pensamiento formal.
4.
El conflicto
cognoscitivo figura como un elemento fundamental para potenciar el desarrollo
del alumno/a, se progresa cuando se cuestionan las construcciones anteriores y
los esquemas cognoscitivos con los que entendía la realidad. Una interpretación
de la misma limitada y restringida crea esquemas de pensamiento parciales y
limitados que resultan deficientes. Para progresar se requiere del conflicto
cognoscitivo y la percepción de la discrepancia entre sus esquemas y la
realidad o las representaciones subjetivas de la realidad elaboradas por los
demás.
i.
Como
educadores, es muy importante tener presente que, según lo expresan Gimeno y
Pérez (1992), el conflicto cognoscitivo puede ser perturbador e inhibidor del
desarrollo solamente cuando desde fuera se convierte en conflicto afectivo,
cuando se vinculan posiciones cognoscitivos con relaciones afectivas (por
ejemplo entre las opiniones de los padres y de los docentes y se exige al
estudiante elegir vínculos afectivos cuando solamente debería estar
contrastando y seleccionando representaciones cognoscitivas.
5.
La cooperación
destaca como elemento primordial para lograr el desarrollo de las estructuras
cognoscitivas. Los intercambios de opiniones, la comunicación de diferentes
puntos de vista es una condición necesaria
6.
para superar
el egocentrismo y permitir la conquista de la objetividad.
7.
Distinguir
entre desarrollo y aprendizaje, sin soslayar la vinculación existente entre
ambos, resulta fundamental. Se debe tener presente que el aprendizaje
hace referencia a conocimientos particulares, mientras el pensamiento y la
inteligencia son instrumentos generales de conocimiento, interpretación e
intervención.
i.
La acumulación
de informaciones fragmentarias puede no configurar esquemas operativos de
conocimiento e incluso en algunas ocasiones, convertirse en obstáculos para el
desarrollo del pensamiento
ii.
Para que un
aprendizaje provoque desarrollo se requiere atender la integración de las
adquisiciones, el perfeccionamiento y transformación progresiva
de las estructuras y esquemas cognoscitivos.
8.
La estrecha
vinculación de las dimensiones estructural y afectiva de la conducta debe ser
tomada en cuenta.
De acuerdo con Piaget (citado por Gimeno y
Pérez, 1992), toda estructura cognoscitiva contiene un elemento activador
(motivación) y viceversa.
Tal y como lo expone Alfaro (1994), si un
docente tiene claro que el propósito de su acción pedagógica es el desarrollo
del pensamiento, interpretará su papel como el de un organizador de ambientes
de aprendizaje enriquecidos, donde junto con sus estudiantes se involucre en
actividades que requieren asumir posiciones para el desarrollo de una visión
integral respecto del contenido.
Para aprender sobre un asunto, (objeto, tópico,
experiencia en general) el individuo asume una posición respecto al objeto de
conocimiento desde su sistema de pensamiento, luego explora internamente los
elementos de su experiencia que puede utilizar para explicar la nueva situación
(naturaleza del objeto y los sistemas de relaciones que como individuo
establece con el mismo) "Por esto se puede afirmar que, aprender no es
solo aprender sobre el objeto o contenido sino aprender acerca de uno mismo en
relación con lo que se trata de entender" (Alfaro, 1994, pág.2).
Asumir una posición respecto de una
situación determinada llevará al estudiante a valorarse en términos de sus
potencialidades (habilidades, destrezas, actitudes y valores), y sobre esa
valoración aprovechar las oportunidades para reconocer, aplicar y ampliar sus
modelos de pensamiento y los elementos en que se sustentan, esto le permite al
estudiante desarrollar un concepto de sí mismo, reconocer la necesidad de
definir direcciones, desarrollar una disciplina de pensamiento y establecer
mecanismos de control de sí mismo; además de pensarse como constructor de
curriculum y no como un receptor pasivo.
La conformación de un sistema que le permita al individuo
seguir pensando y aprendiendo en un campo determinado surge de la
sistematización de las experiencias desarrolladas en esa área determinada y se
sustenta en las habilidades, destrezas, actitudes y valores necesarios para
poder interacturar con un campo del conocimiento particular.
En el caso particular de la escuela, los participantes
desarrollan formas de pensamiento propias de la cultura escolar, pero también
se debe tomar en cuenta han desarrollado formas de pensamiento propias de su experiencia
cotidiana.
De acuerdo con Alfaro (1994), si se plantea como
propósito fundamental que los participantes del proceso educativo aprendan
particularidades de las disciplinas (principios, leyes, teorías, lenguaje
utilizadas en la cultura particular) y al mismo tiempo, desarrollen una serie
de actitudes, valores y destrezas propias de cada campo, así como la capacidad
de seguir aprendiendo, se puede establecer que el propósito fundamental de toda
experiencia educativa es que los participantes aprendan a aprender para
poder seguir aprendiendo, por lo tanto todas las áreas de estudio deben
contribuir al desarrollo de habilidades de pensamiento que sirven de base para
poder seguir aprendiendo.
Entre
estas habilidades el autor citado, menciona las siguientes:
Desarrollo del lenguaje o lenguajes
adecuados como base para obtener y organizar la información y la comunicación
Manejo de relaciones espacio temporales.
Manejo de símbolos para la organización de
la información y la construcción del pensamiento. Organización de información
como base para hacer inferencias y predicciones. Toma de decisiones respecto a
la calidad de la información.
Identificación
de variables y las relaciones que existen entre estas como base para generar
explicaciones viables.
Interpretación
de datos e información a partir de modelos alternativos de pensamiento. Dar
sentido a las experiencias personales y sociales.