II. ORIENTACIONES GENERALES PARA LA MEDIACIÓN DOCENTE.

1.       FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y TEÓRICOS DE LA POLÍTICA EDUCATIVA HACIA EL SIGLO XXI.

Las fuentes filosóficas

Las fuentes filosóficas de las cuales se nutre la Política Educativa hacia el Siglo XXI son:

El humanismo; el para qué?

El racionalismo (lo académico): el qué?

El constructivismo: el cómo?

En concordancia con una visión integral del ser humano, la Política Educativa se nutre de tres visiones filosóficas, "las que, sin perjuicio del más amplio sentido que tienen en el curso de la historia del pensamiento, se propone aprovecharlas en el sentido que de seguido, se dirá:

HUMANISTA, como base para la búsqueda de la plena realización del ser humano, de la persona dotada de dignidad y valor, capaz de procurar su perfección mediante la realización de los valores estipulados en la legislación educativa, tanto los de orden individual como los de carácter social:

El ideal del ser humano, que persigue descubrir el Humanismo, es un principio fundamental e imprescindible para una política educativa. La concepción de ser humano es el fin hacia el cual tenderán los esfuerzos y acciones educativas que se deriven de una política. El Humanismo trata de dar respuesta a la intención de la educación. El Humanismo es el para qué? en una política educativa.

Es por esta razón que se hace necesario, en este momento histórico repensar el Humanismo, e intentar develar en el umbral del Siglo XXI, el ideal de ser humano que sabe formar hoy para garantizar que el desarrollo de la humanidad sea sostenible. El desarrollo integral del ser humano pasa necesariamente por la búsqueda de un estado físico, fisiológico, emocional y mental sano. Se trata de promover el desarrollo de hábitos saludables que promuevan el desarrollo constructivo y sano del individuo, libre de hábitos autodestructivos que atenían contra la salud integral.

RACIONALISTA, como el reconocimiento de que el ser humano está dotado de una capacidad racional que puede captar objetivamente la realidad en todas sus formas, construir y perfeccionar de continúo los saberes y hacer posible el progreso humano y el entendimiento entre las personas; la concepción humanista se percibe en el propósito de la academia de que sea el estudiante el autor de su "auto perfeccionamiento". Esto se reafirma con la preocupación por la búsqueda del la naturaleza humana expresada en los filósofos.

Así es el presente que une el origen del Humanismo con una visión actualizada de éste, sobre la base de una rigurosa construcción y reconstrucción del conocimiento. El Racionalismo, en esta forma entendido, se convierte en una de las fuentes filosóficas de la política educativa hacia el Siglo XXI.

CONSTRUCTIVISTA, como el esfuerzo en el actuar considerando que la educación debe partir desde la situación cognoscitiva del alumno de su individualidad, de sus intereses e idiosincrasia, por lo que debe reconocer la cultura específica del alumno con sus respectivas estructuras de conocimiento ya formadas y emprender una acción formativa


del alumno y del conocimiento que los transforma mutuamente" (Política Educativa hacia el Siglo XXI, págs. 8-9).

Para enfrentar los retos de la época actual, es necesario tener claridad, no solo de cómo se adquiere el conocimiento, sino también de cuáles son las implicaciones directas para el proceso educativo. Es decir, cómo la educación favorece y potencia la capacidad de adquisición del conocimiento en generaciones que se están formando hoy.

El Constructivismo pretende explicar el origen del conocimiento, es decir, el tránsito de un estadio de menor conocimiento a otro de mayor conocimiento.

La idea fundamental que aporta la psicología genética al Constructivismo es que "ningún conocimiento es transmitido, sino reconstruido internamente por el sujeto".

2. La práctica de la Política Educativa

La práctica de la Política Educativa descansa en las fuentes filosóficas y teóricas. Por lo tanto, debe reflejar las implicaciones sociales, políticas y educativas de éstas y ser congruentes, coherente e indisociable con ellas.

De acuerdo con la Política Educativa hacia el Siglo XXI; dentro de un concepto de oferta educativa de calidad, hay tres componentes indisolubles que son la base filosófica, la teoría educativa que se desprenden de ella y el enfoque práctico que los operacionaliza. El hilo conductor que da coherencia y congruencia a esos componentes es "la definición de un desarrollo integral del ser humano en consonancia con su entorno, dentro de una visión humanista de Etica del Desarrollo" (Política Educativa hacia el Siglo XXI, pág. 5).

El logro de esa coherencia y coordinación es un trabajo de construcción diario y consciente de los educadores y administradores del sistema educativo mediante la operalizacíón de los principios filosóficos que rigen la actual Política Educativa en concordancia con las posiciones teóricas derivadas de las fuentes filosóficas y de los enfoques prácticos emanados de las fuentes teóricas.

Los elementos constituyentes de la práctica educativa establecidos en la Política Educativa actual son:

os planes y programas de estudio,

los textos y otros recursos didácticos,

los procesos de evaluación,

la mediación del docente,

la formación, capacitación y educación continua de los educadores.

Los elementos mencionados se caracterizan porque "deben partir del énfasis en las disciplinas, transcurrir hacia un enfoque multidisciplinario o correlacionado donde cada disciplina contribuye a la construcción y reconstrucción del conocimiento sin perder la identidad propia para finalmente, cuando sea apropiado evolucionar hacia un enfoque transdisciplinario o de convergencia en que cada disciplina metodológicamente complementa e ilumina a las otras". (Política Educativa hacia el Siglo XXI, pág. 12)

La coherencia de la educación, de acuerdo con la Política Educativa se define desde las siguientes tres dimensiones:

1.          La vinculación inseparable entre los principios que sustentan las mentes filosóficas que nutren la política educativa y los contenidos (el Qué), los procesos cognoscitivos (el Cómo y los valores que pretende alcanzar la educación (Para qué).

2.          La coherencia interna entre la planificación y la mediación de los  contenidos, los procesos cognoscitivos y los valores.

3.       La coherencia y coordinación entre                     los planes y programas de estudio                         los textos y otros recursos didácticos              los procesos de evaluación


la mediación del docente (didáctica)

la formación, capacitación y educación continua de educadores. Los planes y programas en la política educativa propuesta, refuerzan una visión disciplinaria, en la que cada disciplina )vee y promueve su propia interpretación de la forma de buscar respuestas, formularse preguntas, investigar y dirigir aplicaciones de sus técnicas a los problemas reales.

Los programas de estudio son el referencial para formular el planeamiento didáctico y enriquecer el proceso de mediación.

Lo que se propone es fortalecer en los planes y programas lo disciplinario y avanzar en el proceso de mediación hacia correlación y la integración.

Formación, capacitación y educación continua del docente.

Los planeamientos que en la sección correspondiente a ética del desarrollo se formularon, con respecto al ideal de ser humano, también se aplican a la búsqueda y concreación de un ideal de educador. El educador es la figura clave en la transformación de la educación costarricense. De su competencia profesional y de su calidad humana, depende la tarea de dar vida a un proyecto educativo serio y riguroso con profundo sentido humano y espiritual. Esta posición marca una pauta en cuanto a que todo programa de capacitación, formación o de educación continua deba conciliar las necesidades e intereses de los docentes con los de la educación misma. De esta manera, el educador asume su responsabilidad y compromiso ante el trabajo, dentro de un espíritu de optimismo y madurez personal y profesional.

3. Papel y características de programas de estudio.

De acuerdo con lo establecido en la Política Educativa hacia el Siglo XXI, los programas de estudio deben "ser una

guía relevante para el docente desde el punto de vista de la planificación de su trabajo de mediación en coherencia con

los recursos didácticos, los procesos de evaluación sus propias necesidades e intereses profesionales" (Política Educativa

hacia el SigloXXI,Pág.l2).

Deben incluir los cuatro componentes siguientes:

Los objetivos: contienen los contenidos, los procesos cognoscitivos y los valores que se pretenden realizar durante el ciclo lectivo.

Los contenidos; Se organizan con base en un conocimiento sólido y riguroso de la disciplina; son claros y

autoexplicativos y consecuentes con la planificación de los objetivos.

Las experiencias y estrategias de mediación del aprendizaje: Contribuyen al desarrollo del conocimiento y a su

costrucción, al desarrollo del pensamiento y a la consolidación de valores

La evaluación: Debe ser coherente con respecto a los objetivos y permitir verificar y valorar su cumplimiento.

4. Los valores en el currfculo escolar.

Una sociedad cambiante.

Las tendencias y la evolución de la sociedad requieren que se preste más atención a la dimensión humanista de los

sistemas de educación.

Los cambios tecnológicos y el tratamiento, almacenamiento, acceso y transmisión de toda clase de información

plantean posibilidades y desafíos nuevos, muchos de los cuales inciden en la naturaleza de las relaciones personales y

sociales.


La "revolución de la información" que se ha producido suscita un peligro que Jerome Bruner ha descrito como el reemplazo de "la mente y el significado por las computadoras y la información" , es decir, la instauración de un sistema donde el concepto de "significado" sea sustituido por el de "computabilidad".

Los medios de comunicación modernos presentan una visión del mundo desconectada, fragmentaria y no mediada, que puede menoscabar el sentido individual de finalidad, significado e interconexión.

Los problemas ecológicos están alcanzando proporciones críticas. Los progresos biotecnológicos, la utilización de los recursos naturales y el problema de la sostenibilidad plantean problemas de magnitud considerable.

La declinación de la fe religiosa provoca una dispersión de las búsquedas de realización espiritual.

Las creencias individuales y la comprensión que cada persona tiene de sí misma y de otros individuos con culturas similares o diferentes se basan en una masa vasta e indiferenciada de informaciones y experiencias, lo que puede fomentar una visión estrecha y errónea de los individuos y los grupos de la sociedad y limitar las posibilidades para algunos de ellos.

Las reestructuraciones industriales debidas a la necesidad de producir para un mercado mundial (antes que para mercados locales o nacionales) y su incidencia en las pautas de empleo han dado origen a un vasto desasosiego social.

En este contexto, los conceptos de trabajo y empleo se formulan en un marco mucho más amplio, caracterizado por pautas más flexibles de trabajo sin modificar al mismo tiempo la explotación de ciertos grupos de trabajadores.

La participación y la contribución de las mujeres al mundo laboral y el concepto de igualdad de oportunidades influyen considerablemente en el pensamiento y las políticas sociales.

Las relaciones en el seno de la familia se tornan más complejas; es muy común un conjunto de factores interpersonales y psicológicos vinculados a la índole de los grupos familiares.

El pluralismo étnico y cultural, que ha estado siempre presente en la sociedad en mayor o menor grado, se acentúa con un importante efecto en la vida de los jóvenes.

Las desventajas sociales y económicas siguen existiendo para muchos étnicos y culturales. La distribución desigual de las riquezas económicas sigue siendo fuente de problemas.

Consecuencias para la educación

Casi todos los países de América Latina, están adaptando sus sistemas de educación para responder a los problemas que se perfilan en el siglo XXI. Cada vez más obvio que las soluciones no pueden ser formuladas en un contexto estrictamente nacional sino que requieren una amplia cooperación y coordinación internacionales. También resulta evidente que si el contenido de los programas de estudio se aborda únicamente en términos de información, conceptos y capacidades, no serán suficientes las medidas encaminadas a que los sistemas de educación preparen adecuadamente para vivir en una sociedad cada vez más diversa. De ahí la importancia de integrar los valores en los nuevos programas de estudios.

Es necesario alentar un pensamiento crítico y autónomo y sentar las bases de una educación que favorezca los ideales de pluralidad y cooperación. Los peores aspectos de la economía de mercado, entre ellos el desempleo y la inflación, pueden llevar a adoptar soluciones a corto plazo que obstaculicen el triunfo de los valores en que se desea fundar las nuevas democracias. De ahí la importancia de que todos los sistemas de educación elaboren un plan coherente a largo plazo.

Los valores, la sociedad y el colegio.

Se ha dicho que el colegio tiene la finalidad de promover el bienestar de los jóvenes. El bienestar se define en

términos de "valores básicos tales como la supervivencia, la salud, la felicidad, la amistad, la solidaridad, la comprensión, la conciencia, la realización, la libertad y el sentimiento de que la vida tiene sentido" . Clive Beck aftade que el colegio cumple plenamente su misión de promover el bienestar humano cuando hace hincapié en una educación personal y social. Sin olvidar sus funciones tradicionales de enseñar los conocimientos aritméticos y científicos básicos, el colegio debe reforzar la enseñanza de los valores, la cultura, la religión, la política, la economía y la ecología.

Consideramos que el colegio es un organismo cultural y social. Los seres humanos son animales sociales que para sobrevivir y desarrollarse deben vivir en interdependencia, es decir, en un marco social donde se presten apoyo mutuo. El colegio es uno de esos marcos. Cada institución educativa tiene sus características, sus costumbres y sus comportamientos y constituye una distintiva y un influyente modelo para la sociedad que la rodea. Tanto las instituciones como la sociedad dependen de una actitud cooperativa. El comportamiento que cada persona adopte para con las demás es uno de los principales resultados del sistema educativo.

Las instituciones deben prestar atención a sus responsabilidades educativas y procurar que los alumnos se desarrollen en los planos personal y social de modo que puedan generalizar su experiencia colegial a toda la sociedad.

Se puede considerar que en la sociedad las presiones normativas y los códigos morales constituyen exigencias que ponen límites a las motivaciones y actividades individuales cuando estas últimas entran en conflicto con los intereses personales a largo plazo o la armonía y eficacia de la sociedad. Este concepto es de importancia capital para la coherencia de todo grupo social y debe constituir el núcleo de los objetivos de cada institución.

Desde luego, los alumnos y profesores no sólo se desenvuelven en la institución sino que participan en forma más o menos activa en otros grupos (familiares, religiosos, sociales y políticos) traen a la institución la correspondiente experiencia. Al igual que los demás grupos sociales, la institución se encuentra en constante evolución. En todas las instituciones, entre ellas las escuelas, hay siempre algún tipo de conflicto, disidencia y oposición. Habrá criterios diferentes que en algunos casos se opondrán a la autoridad y a menudo coexistirán en una atmósfera de tolerancia recíproca. A medida que la sociedad acrecienta su diversidad y su sensibilidad a los conflictos internos, se acentúa el papel potencial de la institución en la aceptación de la diversidad. Al mismo tiempo que exalta la rica diversidad de lo humano, la institución debe promover una apreciación de la necesidad de la cohesión social.

Los valores y las actitudes intervienen en forma decisiva en esa función. Vivimos en un mundo caracterizado por la diversidad, pero que necesita de la cooperación y el entendimiento mutuo. Las instituciones tienen la responsabilidad fundamental de promover estas ideas. La institución es una comunidad que debe promover una cultura y una ética coherente con los ideales de entendimiento y cooperación. Debe ser una comunidad donde se fomenten la paz, los derechos humanos, la tolerancia, el entendimiento intercultural, la solidaridad, la cooperación, la solución pacífica de los conflictos y la organización democrática. Estas directrices se refieren a la

creación de un marco donde cada uno de estos aspectos se incorpora a un tema del programa de estudios y contribuya al clima general y ético de la institución.

El sistema educativo debe ofrecer un marco donde los jóvenes desarrollen su juicio y su pensamiento critico, de modo que cada persona pueda formarse una idea de los cambios complejos y discontinuos que caracterizan a la sociedad del siglo XX y participar así como ciudadanos activos y responsables en las dimensiones personal, social y política de la sociedad.


Para adquirir los conocimientos necesarios el mejor método es la experiencia concreta de esa dimensión.

Todos, los jóvenes y adultos, tendrán dificultad para enfrentar las realidades del mundo. El camino hacia una sociedad multicultural tolerante está erizado de desafíos y difíciles conflictos. Por consiguiente, todas las instituciones docentes deben abordar estos problemas sin escamotearlos, menospreciarlos o considerarlos excesivamente difíciles. Naturalmente, los valores de la educación deben ser impartidos en un contexto adecuado que debe estudiar y planificar concienzudamente. Un clima de indagación crítica facilita el manejo de los problemas difíciles o litigiosos. Tanto la indagación crítica como el pensamiento crítico deben entenderse en función de temas y no de crisis y problemas que exigen solución. En la esfera social, los problemas muchas veces no se prestan a una solución sino sólo a un examen cuidadoso.

Las complejidades y los problemas con que tropezamos a fínes del siglo XX son de gran envergadura y la educación no puede ser el único medio de encararlos. Sólo podremos avanzar hacia una sociedad más equilibrada si la educación cumple su importante cometido en conjunción con las políticas sociales y económicas.

En todos los niveles, la educación debe promover el desarrollo de seres humanos pensantes y equilibrados respetuosos de sí mismos y de los demás, y que comprendan las tradiciones culturales propias y ajenas.

Es imprescindible desarrollar en los jóvenes sólidos fundamentos de decisiones éticas y morales y de comportamientos que respeten la índole del mundo interdependiente en que vivimos y los derechos y la dignidad de los demás.

Los Valores y el consenso

Los criterios divergen acerca de la identificación y la índole de los valores, tópico crucial de la filosofía moral. No es posible, obtener respuestas inequívocas es este ámbito, ni incumbe a los encargados de elaborar programas de estudios abordar este debate a nivel filosófico, pues escapa a sus funciones. Pecaríamos de ingenuidad si tratáramos de encontrar aserciones filosóficas definitivas.

Por otra parte, el estudio filosófico de los aspectos abstractos de los valores, hay que encararlos con sentido común y realismo, y reconocer que si la sociedad civilizada ha de progresar deben existir aspectos del comportamiento social que permitan trascender las diferencias culturales entre los diferentes grupos. En otras palabras, debemos reconocer que la coexistencia exige, a un cierto nivel, compartir algo más que los instintos humanos básicos.

"No debemos exagerar la incompatibilidad de los valores; existen numerosos puntos de acuerdo, durante lapsos relativamente prolongados, entre personas de diferentes sociedades, acerca de lo que es correcto y lo que está equivocado, sobre qué es el bien y qué es el mal"

Estas ideas se apoyan en la convicción de que vale la pena esforzarse por lograr un consenso en materia de valores. Tero aún cuando se logre un consenso, existirán tensiones. Existirán principios antagónicos cuya reconciliación nos planteará grandes dificultades. Por regla general, lo mejor que podemos hacer es mantener un equilibrio precario que evite la aparición de situaciones desesperadas o de opciones intolerables; tal es la primera condición para la existencia de una sociedad aceptable; parece un objetivo accesible a la luz de nuestros limitados conocimientos y de nuestra imperfecta comprensión de las personas y las sociedades. En estos asuntos hay que tener una cierta humildad" . Taylor señala que los valores se transforman y que deben existir oportunidades para modificar los valores que fueron objeto de consenso (cartas, declaraciones políticas, códigos de conducta) se pueden frenar al mismo tiempo las oportunidades de responder a las modificaciones de los valores.

 


Orientaciones fundamentales de una educación para vivir en sociedad.

Las presentes orientaciones están inspiradas en la idea de que existen principios o preceptos fundamentales sobre los que se debe fundar la educación para vivir en sociedad.

Un sentido de autoestima personal y cultural.

El respeto y la tolerancia de los demás, tanto en calidad de personas como de miembros de grupos étnicos o culturales.

Un sentido de pertenencia, correspondiente a la idea de que todos debemos disponer de un sitio físico, emocional y político seguro en el seno de la sociedad.

Un sentido de responsabilidad social, es decir, comprender que la sociedad plural en que vivimos debe reconocer la necesidad de proceder con tolerancia y responsabilidad con respeto a los factores sociales, políticos, culturales y ambientales.

La valoración de la importancia del aprendizaje, basada en la idea de que el conocimiento, cualquiera sea su estructura, implica la adquisición de nuevos conocimientos, intuiciones, oportunidades de creación y la apreciación de las interrelaciones de nuestro mundo.

Estos principios no son suficientes por sí solos. Deben ir asociados a ciertas "cualidades éticas" o disposiciones que promueven el entendimiento humanista. Esas cualidades necesarias son las siguientes:

la apertura, es decir la disposición a escuchar y discutir, y la corrección, es decir "una actitud de buena voluntad hacia personas no familiares que se expresara de diversas maneras en los grupos. Con frecuencia, esa cualidad supondrá no insistir en los derechos propios y dar a los demás más de lo que se le

Las dos cualidades éticas, apertura y corrección, tienen especial importancia para "promover y preservar un equilibrio inestable que debe ser constantemente restablecido"

Existen tres nociones esenciales para el planeamiento y la aplicación de las experiencias educativas:

Cooperación, Interdependencia, Autonomía

Estas nociones constituyen la base unifícadora que permite desarrollar los principios y las cualidades expuestas en (principios y cualidades), así como un marco para la solución de los conflictos.

Estas tres nociones generales inciden en la manera en que las instituciones y la enseñanza se organizan y en la índole de las interacciones de toda experiencia educativa es necesario prever oportunidades para que los alumnos puedan participar de diversas maneras, tanto en calidad de individuos autónomos como en calidad de miembros de grupos que realicen tareas cooperativas como:

reconocer la importancia de la dimensión de los valores en todos los elementos del programa de estudio aer planificados en colaboración con todo el personal fomentar la comprensión del personal ser objeto de control de su eficacia ser revisados periódicamente

La sociedad es compleja y para mantener la cohesión social hay que fomentar actitudes propicias a la cooperación. La cooperación se caracteriza por la voluntad de participar con otras tareas mutuamente convenidas destinadas a una finalidad común.

Para ello se necesita contar con la capacidad de considerar las necesidades y los objetivos del grupo y de sus miembros individuales y de negociar los medios para abordarlos de la mejor manera posible; con la capacidad de juzgar


la contribución que cada individuo puede aportar a la empresa común, prestando atención a sus atributos y capacidades particulares, y con la disposición a renunciar a objetivos personales en favor de los objetivos generales del grupo.

En las situaciones pedagógicas se puede recurrir a actividades en las que los alumnos participen en el aprendizaje cooperativo; entre ellas cabe mencionar:

las actividades en grupo y en pareja, basadas en estrategias cooperativas de trabajo

el debate de toda la clase

la promoción de un proyecto de trabajo que ponga de relieve la cooperación y la negociación

Gracias a las actividades cooperativas, los alumnos podrán también abordar los problemas de la autoestima y el respeto mutuo. Las actividades en grupo y en pareja contribuyen además a ampliar las perspectivas de los alumnos acerca de su labor y la de los demás, a fomentar una valorización del consenso y a favorecer una comprensión de la importancia del proceso democrático.

La interdependencia se caracteriza por la comprensión de que todos los miembros de la sociedad están interrelacionados de diversas maneras, a veces aisladamente y a veces en grupos de cooperación. También se caracteriza por el respeto mutuo que surge de la autoestima y de la percepción de las necesidades de los demás. Se basa en la confianza y la consideración. De allí su importancia para que cada uno acepte los derechos y la dignidad de los demás y pueda coexistir en forma productiva y solidaria. Los docentes pueden promover el respeto mutuo mediante la creación de situaciones donde cada alumno pueda: aprender de los demás, valorar la importancia de la diversidad de criterios y valores, reconocer los méritos individuales ajenos.

Para fomentar el respeto mutuo, los docentes deberán adoptar un comportamiento coherente y ayudar a los alumnos a asumir la responsabilidad de su propio aprendizaje.

"La autonomía del alumno se caracteriza por la disposición a hacerse cargo de su propio aprendizaje al servicio de los propios fines y necesidades"

Los docentes pueden ayudar a los educandos a establecer una autoimagen positiva y un sentimiento del mérito individual gracias a actividades en las cuales:

. los alumnos logren un sentimiento de realización

. se valoricen las diversas respuestas individuales.

La imagen positiva que el alumno tiene de sí mismo se socava cuando no logra aprender. Inversamente, el éxito es fuente de satisfacción y un estímulo para seguir aprendiendo. Cuando el alumno sabe que sus esfuerzos son valorizados por sus compañeros y el docente se acrecienta su autoestima.

La democracia

En los contextos educativos la democracia se caracteriza por la voluntad de incitar a los estudiantes a participar en las decisiones y opciones de la comunidad escolar, fomentando de esta manera una comprensión más clara de las influencias que configuran sus vidas y de sus propias responsabilidades en la construcción del futuro.

Mediante estos procesos el colegio puede convertirse en una institución que valora el mérito individual, promueve la actividad cooperativa, practica el respeto mutuo y consolida procesos democráticos mediante sus políticas, sus prácticas y sus comportamientos. El entendimiento mutuo sólo puede convertirse en realidad y florecer cuando hay compromiso con estos ideales.

Los docentes acostumbrados a participar en estos procesos tendrán probablemente más facilidad para comprender la importancia de los valores para el respeto humano, así como capacidades y formas de pensamiento y comportamiento


coherentes con la tolerancia y la valoración de la importancia de la democracia y el aprendizaje.

Por lo tanto, en el aula y en el colegio en general debe haber un auténtico compromiso con los procesos democráticos.

De ahí surge la verdadera comprensión de la importancia de la interdependencia, la tolerancia, los derechos humanos y

la responsabilidad, y de los desafíos que estos valores representan.

"La educación debe preparar a las personas para la vida en sociedades democráticas ayudando a los alumnos a aceptar

sus derechos y responsabilidades de ciudadanos. Los docentes deben fomentar actividades que:

 

*   promuevan el derecho a ser escuchado y la responsabilidad de escuchar a los demás

*   propicien la participación en la toma de decisiones en situaciones reales

*   reconozcan el derecho de ser tratado con justicia y la responsabilidad de tratar a otros de igual manera

*   permitan a los alumnos comprender las consecuencias de sus decisiones y los actos derivados de ellos.

Los procesos democráticos cobran relieve cuando los alumnos tienen un sentido de su propio valor, respeto por los demás y la convicción de la importancia de la actividad cooperativa"

Como en ninguna escuela todos los procesos pueden ser completamente democráticos, sería sensato preguntar qué puede entender por democracia cualquier establecimiento docente. Los términos fundamentales en cualquier interpretación deben ser derechos, responsabilidades, respeto, sentido de pertinencia y negociación.

Las instituciones deberían considera hasta qué punto se pueden poner en práctica los procesos democráticos en la vida cotidiana del establecimiento, de la manera siguiente: examinando la contribución de las siguientes áreas de la vida escolar:    el aula, toda la institución, la institución en su comunidad, examinando los siguientes temas conexos:

el fomento de la autoestima en el aula, la forma en que se conduce el cambio, las actitudes de los docentes, los asuntos de administración de la institución en su conjunto y de sus diversos departamentos.

La institución puede brindar a los alumnos experiencias en el aula que fomenten una comprensión del concepto de democracia, motivándolos a contribuir a las transacciones respeto de su propio aprendizaje.

A veces los alumnos pueden decidir: qué estudiar, con quién estudiar, dónde estudiar, cómo involucrar al profesor, cuándo y cómo evaluar el propio rendimiento

A veces se les puede pedir que estudien en un grupo pequeño o en conjunto, y el profesor puede estructurar las experiencias para demostrarles el mejor método.

A veces el docente puede motivarles a estudiar solos y apoyarles en su trabajo.

Frecuentemente el docente puede estimularles a participar en la negociación de las "reglas del aula", lo que les ayudará a comenzar a entender:

cómo valorar la opinión de los demás cómo considerar otros puntos de vista

cómo discernir la manera en que las decisiones afectan a cada uno cómo comprender las razones de las decisiones finales cómo compartir

la forma de desenvolverse como miembro de la sociedad

Frecuentemente el docente puede incitarles a contribuir a fomentar un sentido de pertenencia en el aula mediante las acciones siguientes: valorándolos como individuos que tienen necesidades individuales, permitiéndoles establecer relaciones de apoyo con el docente y otros alumnos.


La institución en su conjunto puede ofrecer a los jóvenes y a los docentes experiencias que propicien una comprensión del concepto de democracia mediante las actividades siguientes:   estimulándoles a asumir la responsabilidad de algunas decisiones, de las maneras siguientes: planeando algunos períodos del calendario lectivo tales como las actividades extracolegiales, eligiendo portavoces y representantes, publicando un periódico, participando en proyectos, promoviendo la capacidad de tomar iniciativas, estimulándoles a aprender a respetar la opinión ajena, de las maneras siguientes: discutiendo los reglamentos de la institución, participando en clubes, elaborando una forma de tomar decisiones, considerando las opiniones de otros, comprendiendo la manera en que las decisiones afectan a cada uno de ellos, comprendiendo las razones de las decisiones finales, estimulando a cada uno a desarrollar un sentido de pertenencia: compartiendo opiniones y experiencias, tomando parte en ceremonias especiales al comienzo de la mañana o en ocasiones especiales, cuidando los recursos, fomentando un sentido de afiliación, creando una atmósfera de seguridad emocional, participando en las actividades de la institución, estableciendo relaciones de cooperación entre profesores y alumnos, estimulando a cada uno a tener consideración por los demás, apreciando la diversidad, comprendiendo y valorando los puntos de vista de diferentes culturas, desarrollando la capacidad de empatia, controlando el propio individualismo, desarrollando una forma humana y flexible de valoración, organizando acciones de solidaridad, haciendo campañas en favor de la creación de vínculos con la institución.

La institución puede ofrecer a los jóvenes experiencias en la comunidad que les ayude a promover una comprensión de la democracia, de la manera siguiente: haciendo participar a padres y alumnos en discusiones acerca de problemas y políticas de la institución, incluyendo a padres y alumnos en los órganos rectores que determinan las políticas de la institución, redactando un folleto de introducción que esboce los problemas y las políticas de la institución para los nuevos padres, fomentando la cooperación entre, alumnos y asociaciones de alumnos, creando un organismo común con poder de decisión, organizando eventos en la institución para el público en general, tales como: actividades sociales en festivales colegiales, exposiciones de arte con invitación a artistas nacionales, eventos deportivos con participación de clubes, publicando un boletín bimestral de información colegial, con participación de los padres y por tanto de la comunidad, publicando un anuario que incluya anuncios de empresas nacionales, con explicaciones detalladas sobre aquellas con que el colegio haya establecido estrechas relaciones, informando a los padres y al público acerca de detalles de los gastos de la institución y de las necesidades proyectadas, estimulando a los alumnos a realizar proyectos ecológicos en los alrededores de la institución junto con organizaciones locales, organizando, con empresas locales, periodos de adquisición de experiencia laboral, invitando a representantes de organizaciones nacionales a hablar a los alumnos sobre temas de interés.

No se puede obtener fortuitamente o sin planeamiento racional un clima en que reine el espíritu democrático. Por tanto, habría que dar prioridad al planeamiento coherente en el aula, en los departamentos y en toda la institución. En cualquier proceso de cambio es esencial reconocer y satisface las necesidades de los profesores, entre ellas: el perfeccionamiento del personal, los recursos, el tiempo para reflexión y discusión con los colegas, el apoyo administrativo.

La realización en los colegios.

Un primer requisito del sistema educativo es reconocer la calidad de los que aprenden y los que enseñan. Al considerar la manera de hacer efectivo ese aspecto del aprendizaje vale la pena recordar el importante cambio que se produjo en el pensamiento desde los años ochenta en nuestra forma de concebir el aprendizaje. Se ha pasado de un modelo de etapas de desarrollo a uno más gradual y más determinado socialmente, un modelo en que a medida que el educando crece y experimenta el mundo, la mente se estructura gradualmente en niveles cada vez más complejos; tal es el modelo constructivista del aprendizaje

La premisa básica del modelo constructivista es que el conocimiento se construye sobre la base de la experiencia.


Dicho modelo es particularmente adecuado en el campo de la educación para el entendimiento humanista, puesto que la edificación de los valores es una parte central del aprendizaje.

Mientras que las metodologías pedagógicas se interesan principalmente en la forma de enseñanza por transmisión y de aprendizaje por absorción, en la que el programa es "un curso que se ha de administrar", el modelo constructivista considera que el elemento esencial de la tarea pedagógica es el esfuerzo del alumno por comprender; es decir, se ha pasado de la noción de transmisión a la de transformación mediante la transacción.

Las características de un enfoque constructivista del aprendizaje son las siguientes: el programa de estudios se considera una matriz de ideas que hay que explorar en el transcurso del tiempo, el contenido y el proceso del programa de estudios son complejos e interactivos, el profesor se concentra en los esfuerzos del alumno por entender el contenido, se hace hincapié en la actividad pensante del alumno y en que comprenda el sentido, la función del profesor es facilitar al alumno la adquisición de las ideas principales de la materia o el tema, se establecen relaciones entre el conocimiento de la materia y la experiencia previa del educando, los alumnos deben practicar alguna actividad, es importante recalcar la "conectividad" del conocimiento, los alumnos tienen posibilidades de utilizar personalmente las ideas para comprender aspectos importantes de su mundo

Cada una de estas características tiene consecuencias para los valores y es pertinente para todos las materias y todos los campos del programa de estudios. Cada una se puede realizar en todos los cursos y en todas las situaciones de aprendizaje. El programa constructivista de estudios es por tanto "una red de ideas importantes que explorar. Este programa tiene en cuenta el entusiasmo de los alumnos por aprender, el ritmo y el flujo del aprendizaje entre el profesor y el alumno, entre alumno y alumno, y entre profesores y alumnos; un marco de objetivos generales que sirva de orientación; las ideas y su inten-elación; un sentido de dirección sin limitación de la capacidad de explorar el terreno conceptual.

La Política Educativa hacia el siglo XXI aspira a formar a una persona que sea libre, digna, justa, preparada para el ejercicio participativo de la democracia, con identidad nacional, competente, autorrealizada, solidaria, consciente de su responsabilidad en relación con la calidad de vida del costarricense y capaz de comunicarse de manera adecuada con el mundo. El proceso de enseñanza y aprendizaje de la Filosofía contribuye a lograr este perfil.

Para esto, la enseñanza de la Filosofía debe fundamentarse no sólo en una cuidadosa selección de los contenidos, sino, también, en una metodología activa, participativa y promotora del aprendizaje significativo de los educandos, de tal manera que se pueda alcanzar el perfil propuesto.

El propósito fundamental de toda experiencia educativa es que los participantes aprendan a aprender para poder seguir aprendiendo. Por lo tanto, la mediación es un proceso creativo, dinámico, flexible que promueve la actitud de "aprender a aprender" en los estudiantes.

Aprender es entonces dar sentido a la realidad que uno como individuo ha logrado conformar a partir de las vivencias anteriores. El propósito fundamental, y al cual todas las áreas de estudio deben contribuir, es el desarrollo de habilidades de pensamiento que sirven de base para poder seguir aprendiendo. Entre estas habilidades se destacan:

 

*   Desarrollo del lenguaje o lenguajes adecuados como base para obtener y organizar la información y la

comunicación.


*   Manejo de relaciones espacio-temporales.

*   Manejo de símbolos para la organización de la información y la construcción del pensamiento.

*   Organización de información como base para hacer inferencias y predicciones.

*   Toma de decisiones respecto a la calidad de la información.

*   Identificación de variables y las relaciones que existen entre estas como base para generar explicaciones viables.

*   Interpretación de datos e información a partir de modelos alternativos de pensamiento.


Formulación de modelos como base para integrar elementos que emergen de la organización de datos. Dar sentido a las experiencias personales y sociales.

El educador constructivista se preocupa permanentemente por conocer: Los intereses, necesidades, experiencias y pautas de comportamiento de sus alumnos en la interacción social.

El contexto històrico-cultural de los estudiantes.

Conociendo la realidad de vida del educando, en sus dimensiones: naturales, culturales e históricas; asumiendo las expresiones de la cultura sistematizada, como expresión científica y valórica, el educador diseña propuestas de aprendizaje, con las cuales intenta estimular el paso de una zona de desarrollo a otra abrir horizontes de significación en los estudiantes. El objetivo es claro, el papel del educador es guiar, orientar, mediar para que el estudiante penetre en el mundo de la cultura sistematizada. Pero a partir de los propio.

Las propuestas de aprendizaje son pautas orientadoras flexibles que el educador comparte con sus estudiantes, negocia con ellos, y las enriquece con el aporte de aquellos. En algunos casos, son los mismos educandos quienes hacen propuestas de aprendizaje desde luego, coherentes con las expectativas de los cursos o situaciones de aprendizaje.

5. Mediación de contenidos y de procedimientos.

Tal como lo menciona la Política Educativa tras el ideal de proveer una ofertas educativa que promueva el desarrollo integral del ser humano, se concibe al docente como el profesional que utiliza las estrategias de mediación que mejor se ajusten a las características y necesidades de aprendizaje del estudiante y a la naturaleza del objeto de estudio.

La mediación como, estrategia didáctica pedagógica, es concebida como "la focalización guiada del alumno hacia los estímulos esenciales de la situación de aprendizaje que conduzca a la resolución de problemas de variada naturaleza" (Política Educativa, pág. 14). El educador elige las opciones que mejor promuevan la construcción del conocimiento, para lo cual hace uso de su conocimiento, su creatividad y su talento, "enmarcado primordialmente, dentro de una posición epistemológica constructivista" (Política Educativa, pág. 11).

Sobre el particular, Alfaro (1994), considera que para contribuir significativamente al desarrollo del pensamiento, en la organización de los procedimientos para mediar en el aprendizaje, el docente no puede limitarse únicamente a la transmisión de información; sino que debe negociar con los estudiantes la construcción de una realidad que merece ser explorada así como las posibilidades reales de llegar a construir explicaciones viables. En este sentido el docente pasa a ser un evento humano en sí mismo más que un instrumento para la transmisión de información, por lo que Alfaro (1994), afirma que interesa un sistema de pensamiento cuyo soporte incluye habilidades, destrezas, actitudes y valores que cada individuo desarrolla en la interacción con los contenidos culturales propios de cada experiencia (lenguaje, conceptos, normas y etc.).

Con respecto a la organización de los procedimientos escolares para mediar el aprendizaje, Alfaro (1994) indica la diferencia entre los procedimientos generales y los procesos de pensamiento. Los procedimientos generales constituyen los mecanismos de interacción con el objeto de estudio, por su medio el docente facilita al estudiante formas de aproximarse al objeto de estudio por medio de interacciones, y lecturas connotativas y denotativas que permiten una construcción enriquecida de dicho objeto. Los procesos de pensamiento son estructuras de pensamiento que cada estudiante construye y utiliza en el momento oportuno para establecer nuevas interacciones y construir nuevas experiencias de aprendizaje.

6.  Los procedimientos en el aprendizaje desde la perspectiva cognoscitiva.

Durante el presente siglo surgen y se transforman diversas teorías psicológicas que se engloban en la corriente cognoscitiva. El interés en las variables internas, en la consideración de la conducta como totalidad y en otorgar una


supremacía al aprendizaje, supone una reorganización cognoscitiva y una actividad interna (Aprendizaje significativo), son algunos puntos fundamentales en los que estas corrientes coinciden a pesar de que entre ellas se dan diferencias importantes.

Representantes de la Psicología conocida como genético cognoscitiva, como son Piaget, Inhelder, Bruner, Flavell y Ausubel (citados por Gimeno, 1992), se han dedicado a estudiar y comprender la complejidad del aprendizaje humano.

A partir de los postulados de la Psicología de la Gestait, se han realizado esfuerzos por estudiar, la estructura, génesis y funcionamiento de la estructura interna del organismo, mediadora de los procesos de aprendizaje. La Psicología genético cognoscitiva, se interesa por este tema y presenta principios para explicar cómo funciona y cómo se genera esa instancia mediadora. Entre sus postulados se pueden citar:

Piaget distingue tres tipos de conocimiento: el lógico matemático, el físico y el social.

El conocimiento lógico matemático se caracteriza porque la coordinación de las acciones mentales del sujeto son esenciales, de manera que las relaciones que se establecen entre los objetos, se originan básicamente en la mente del sujeto.

Por otro lado, el conocimiento físico, hace referencia al conocimiento de los objetos del medio, de manera que la persona conoce las características o propiedades físicas de los objetos cuando actúa sobre ellos, tanto en forma física como mental.

El conocimiento social es aquel obtenido mediante los intercambios sociales.

El concepto de construcción se aplica a cualquier aspecto de la vida mental del individuo.

El aprendizaje es un factor y un producto del desarrollo, se puede adquirir en el intercambio con el medio y se vincula con la dinámica del desarrollo interno, porque considera que el conocimiento parte de una base hereditaria que es susceptible a la influencia del medio pero, a la vez, es producto de una construcción mental realizada por la persona cuando interactúa en forma activa con el medio.

Las estructuras iniciales hereditarias condicionan el aprendizaje, el cual provoca, a la vez, la modificación y transformación de las estructuras, éstas, al ser modificadas, permiten la realización de nuevos aprendizajes de mayor riqueza y complejidad, que supone una búsqueda de equilibrio y de autorregulación que dan estabilidad a las percepciones anteriores.

Las estructuras o esquemas que permiten diferenciar experiencias y la generalización son producto de las acciones de dos tendencias básicas heredadas: la organización que consiste en la sistematización de los procesos en sistemas coheretes y la adaptación que le permite a la persona ajustarse al medio.

El conocimiento es una elaboración subjetiva, permite   adquirir representaciones organizadas de lo real y a formar instrumentos formales de conocimiento.

Basa la concepción didáctica en las acciones sensomotrices y en las operaciones mentales (concretas y


formales).

Piaget define el concepto de operación como aquellas acciones interiorizadas y modificadoras del conocimiento.

Esta construcción considera aspectos funcionales y estructurales. El aspecto funcional, explica el conocimiento por medio de los procesos de asimilación y de acomodación. La asimilación consiste en el proceso de integración, incluso forzada y deformada, de los objetos o conocimientos nuevos a las estructuras viejas, que el individuo anteriormente había construido. La acomodación es entendida como la reformulación y elaboración de estructuras nuevas como consecuencia de la incorporación precedente.

El aspecto estructural, lo explica por medio de la elaboración de estructuras mentales, éstas evolucionan a partir de los primeros esquemas de niño hasta el logro de las operaciones hipotético deductivas.

La génesis mental puede representarse como un proceso  con movimiento dialéctico que evoluciona

en espiral y en cuyo centro se encuentra la actividad.

Destaca la primacía de una acción, la cual debe ser orientada y organizada; en ningún momento se trata de una actividad arbitraria y sin sentido.

Los contenidos figurativos pueden ser adquiridos mediante observación, o recepción, pero los aspectos operativos del pensamiento solo se configuran a partir de las acciones y de la coordinación de las mismas. Estos aspectos operativos caracterizan a los niveles superiores del pensamiento de la conducta intelectual del ser humano.

En ese sentido, procesos cognoscitivos como la percepción, la representación simbólica y la imaginación adquieren nuevas dimensiones al estar implícitos en ellos un componente de actividad física, fisiológica o mental y al darse una participación activa del sujeto en los procesos de exploración, selección, combinación y organización de las informaciones. De esta manera la actividad, en la que interaccionan el sujeto con el objeto de conocimiento, constituye una constante presente en todo tipo de aprendizaje; desde el correspondiente a la etapa sensoriomotriz hasta el que culmina con las operaciones formales.

Piaget (citado por Gimeno y Pérez, 1992), considera que    en el desarrollo de las estructuras cognoscitivas intervienen cuatro factores principales: maduración, experiencia física, interacción social y equilibrio.

De acuerdo con estos planteamientos, Gimeno y Pérez (1992), señalan algunas conclusiones importantes, para orientar la regulación didáctica de los procesos de aprendizaje.

 

1.         Los procesos educativos pueden concebirse como procesos de comunicación potenciadores de los intercambios del individuo con el medio físico y psicosocial que rodea al sujeto. Todo proceso de desarrollo individual tiene carácter constructivo y dialéctico y tanto el conocimiento como el comportamiento son resultado de procesos de construcción subjetiva en los intercambios cotidianos con el medio circundante. Los esquemas de pensamiento y acción se construyen sobre los esquemas elaborados anteriormente y como consecuencia de sus interacciones con el mundo exterior.

2.        La actividad del alumno tiene una enorme significación para el desarrollo de las capacidades cognoscitivas     superiores, incluyendo desde las actividades sensomotrices de discriminación y manipulación de objetos, hasta las complejas operaciones formales (abstractas).

 

3.        El lenguaje es considerado como un instrumento insustituible de las operaciones intelectuales más complejas. Un desarrollo insatisfactorio de este instrumento representa una debilidad permanente para el ejercicio del pensamiento formal.

 

4.        El conflicto cognoscitivo figura como un elemento fundamental para potenciar el desarrollo del alumno/a, se progresa cuando se cuestionan las construcciones anteriores y los esquemas cognoscitivos con los que entendía la realidad. Una interpretación de la misma limitada y restringida crea esquemas de pensamiento parciales y limitados que resultan deficientes. Para progresar se requiere del conflicto cognoscitivo y la percepción de la discrepancia entre sus esquemas y la realidad o las representaciones subjetivas de la realidad elaboradas por los demás.

 

 

                                                              i.      Como educadores, es muy importante tener presente que, según lo expresan Gimeno y Pérez (1992), el conflicto cognoscitivo puede ser perturbador e inhibidor del desarrollo solamente cuando desde fuera se convierte en conflicto afectivo, cuando se vinculan posiciones cognoscitivos con relaciones afectivas (por ejemplo entre las opiniones de los padres y de los docentes y se exige al estudiante elegir vínculos afectivos cuando solamente debería estar contrastando y seleccionando representaciones cognoscitivas.

 

5.              La cooperación destaca como elemento primordial para lograr el desarrollo de las estructuras cognoscitivas. Los intercambios de opiniones, la comunicación de diferentes puntos de vista es una condición necesaria

 


6.              para superar el egocentrismo y permitir la conquista de la objetividad.

 

7.              Distinguir entre desarrollo y aprendizaje, sin soslayar la vinculación existente entre ambos, resulta fundamental. Se debe tener presente que el aprendizaje hace referencia a conocimientos particulares, mientras el pensamiento y la inteligencia son instrumentos generales de conocimiento, interpretación e intervención.

 

 

                                                                                                                                      i.      La acumulación de informaciones fragmentarias puede no configurar esquemas operativos de conocimiento e incluso en algunas ocasiones, convertirse en obstáculos para el desarrollo del pensamiento

 

                                                                                                                                    ii.      Para que un aprendizaje provoque desarrollo se requiere atender la integración de las adquisiciones, el perfeccionamiento y transformación progresiva de las estructuras y esquemas cognoscitivos.

 

 

8.              La estrecha vinculación de las dimensiones estructural y afectiva de la conducta debe ser tomada en cuenta.

De acuerdo con Piaget (citado por Gimeno y Pérez, 1992), toda estructura cognoscitiva contiene un elemento activador (motivación) y viceversa.

Tal y como lo expone Alfaro (1994), si un docente tiene claro que el propósito de su acción pedagógica es el desarrollo del pensamiento, interpretará su papel como el de un organizador de ambientes de aprendizaje enriquecidos, donde junto con sus estudiantes se involucre en actividades que requieren asumir posiciones para el desarrollo de una visión integral respecto del contenido.

Para aprender sobre un asunto, (objeto, tópico, experiencia en general) el individuo asume una posición respecto al objeto de conocimiento desde su sistema de pensamiento, luego explora internamente los elementos de su experiencia que puede utilizar para explicar la nueva situación (naturaleza del objeto y los sistemas de relaciones que como individuo establece con el mismo) "Por esto se puede afirmar que, aprender no es solo aprender sobre el objeto o contenido sino aprender acerca de uno mismo en relación con lo que se trata de entender" (Alfaro, 1994, pág.2).

Asumir una posición respecto de una situación determinada llevará al estudiante a valorarse en términos de sus potencialidades (habilidades, destrezas, actitudes y valores), y sobre esa valoración aprovechar las oportunidades para reconocer, aplicar y ampliar sus modelos de pensamiento y los elementos en que se sustentan, esto le permite al estudiante desarrollar un concepto de sí mismo, reconocer la necesidad de definir direcciones, desarrollar una disciplina de pensamiento y establecer mecanismos de control de sí mismo; además de pensarse como constructor de curriculum y no como un receptor pasivo.

La conformación de un sistema que le permita al individuo seguir pensando y aprendiendo en un campo determinado surge de la sistematización de las experiencias desarrolladas en esa área determinada y se sustenta en las habilidades, destrezas, actitudes y valores necesarios para poder interacturar con un campo del conocimiento particular.

En el caso particular de la escuela, los participantes desarrollan formas de pensamiento propias de la cultura escolar, pero también se debe tomar en cuenta han desarrollado formas de pensamiento propias de su experiencia cotidiana.

De acuerdo con Alfaro (1994), si se plantea como propósito fundamental que los participantes del proceso educativo aprendan particularidades de las disciplinas (principios, leyes, teorías, lenguaje utilizadas en la cultura particular) y al mismo tiempo, desarrollen una serie de actitudes, valores y destrezas propias de cada campo, así como la capacidad de seguir aprendiendo, se puede establecer que el propósito fundamental de toda experiencia educativa es que los participantes aprendan a aprender para poder seguir aprendiendo, por lo tanto todas las áreas de estudio deben contribuir al desarrollo de habilidades de pensamiento que sirven de base para poder seguir aprendiendo.

Entre estas habilidades el autor citado, menciona las siguientes:

 

*   Desarrollo del lenguaje o lenguajes adecuados como base para obtener y organizar la información y la comunicación

*   Manejo de relaciones espacio temporales.

*   Manejo de símbolos para la organización de la información y la construcción del pensamiento. Organización de información como base para hacer inferencias y predicciones. Toma de decisiones respecto a la calidad de la información.

*   Identificación de variables y las relaciones que existen entre estas como base para generar explicaciones viables.

*   Interpretación de datos e información a partir de modelos alternativos de pensamiento. Dar sentido a las experiencias personales y sociales.